El Rey sin nombre...

jueves, 4 de octubre de 2007

Y allí estaba yo, postrado, humillandome ante un rey con una corona de llamas, este lo consumía como si el fuego saliera del interior de su cuerpo, no podía pensar, no podía moverme, no podía apartar la mirada de el, y el tiempo que allí estube paso para mi como un fugaz segundo siendo en realidad mas que una infinidad de eternidades, su luz me cegaba de tal manera que no podía mirar otra cosa, y su mano rozandome apenas me quemaba tanto como si estuviera sumergido en abismo infernal, a su vez un placer como jamas había conocido me llenaba por dentro como se llenan las pequeñas lagunas con la lluvia, poco a poco pero sin parar, y esa mezcla de placer y dolor me mantuvo allí postrado durante tanto tiempo que me fusione con ese rey sin nombre ni sombra deseando tener ese sentimiento para toda mi vida, pero pasado un tiempo... el placer se hizo a un lado y el dolor me desolaba pero no podía apartarme, estaba absolutamente imnotizado por el, aun que mi mente lo intentaba mi cuerpo no respondía, no podía hacer nada, me convirtió en su esclavo, mi cuerpo le servía fiel y aun mi cabeza supiera que no tenia que estar ahí no conseguí separarme de el. Hasta que un día el rey se canso de mi y dirigió toda su ira contra su siervo destruyéndolo por completo, no quedo de mi mas que unas pocas cenizas, pero abrumado por sus actos el rey miro mis restos y derramo una lágrima, tan solo una, pero mas brillante que todas las estrellas del universo, esta me devolvió a la vida, viendo como renacía de mis cenizas cual mítico fénix el rey se desvaneció y allí me quede yo, tan solo como estaba antes de encontrarle pero ansiando tenerle de nuevo, volver a sentir su dolor recorriendo cada centímetro de mi cuerpo y regalándome todo su placer.

Pero eso jamas volverá a ocurrir por que ahora mi mente por fin domina de nuevo mi cuerpo...

No hay comentarios: