Una sombra mas...

En mis largas y tediosas noches de insomnio, escucho los cantos de los animales que pueblan la oscuridad, camino por las frías y solitarias calles, son tantas las cosas que suceden a mi alrededor que esta negra prisión que es la noche, me sirve de refugio y de hogar.
Cuando todos duermen yo me despierto. Deambulo entre cientos de ideas que revolotean en mi cabeza, tantos caminos que seguir, tantas opciones y tan poco tiempo para tomarlas.
La luna a veces con pequeños chisporroteos de luz me deja vislumbrar el camino durante apenas un segundo, pero las nubes laten a su alrededor y la envuelven como poseídas por la lujuria que les despierta la amante del astro rey.

Y yo en mi camino con miles de direcciones sigo vagando, pero no camino solo, en ocasiones una persona, en otras una multitud, me siguen distantes y silenciosos como una procesión errática que no hace otra cosa que dar vueltas, no se si esas personas son mis guias o mis captores, lo que se es que prefiero la incertidumbre de no saber quienes son, a la seguridad de saber que estoy solo.

Mas el cielo comienza a clarear, la estrella del alba brilla ya en lo alto, signo inequívoco de que se acerca un nuevo amanecer, momento de dejar paso al resto de mortales y guarecerme de nuevo, hasta el ocaso.